viernes, 18 de diciembre de 2015

APORTACIONES DE LA CULTURA ROMANA Y PALEOCRISTIANA

APORTACIONES DE LA CULTURA ROMANA Y PALEOCRISTIANA
Los habitantes de la Bética provienen de la antigua cultura de Tartessos. Como hemos visto con anterioridad, los cartagineses invadieron la antigua civilización tartéssica. A la llegada de los romanos, los habitantes de Andalucía asimilaron con rapidez las costumbres de Roma. Se produjo una fusión de personas y costumbres. El resultado fue que la "Bética", la Andalucía romana, formó parte de Roma como una provincia más. Este hecho es muy importante, ya que otros territorios de la península fueron tratados como simples colonias conquistadas.
En Roma había dos tipos de provincias:
·         Senatoriales. Dependían directamente del Senado y los ciudadanos eran libres.
·         Imperiales. Dependían del Emperador y eran tratadas como territorios conquistados.
La Bética era una provincia senatorial. Sus ciudadanos tenían "la civitas romana", es decir, tenían la ciudadanía romana con todos los mismos derechos que cualquier habitante de Roma. La capital de la Bética era Córdoba.En la época de Julio César, Cádiz fue una de las ciudades romanas con más población de todo el imperio.
Dos emperadores de Roma nacieron en la Bética: Adriano y Trajano y el ilustre filósofo Séneca.
Trajano: nació en Itálica, cerca de la actual Sevilla, en el año 52 d. C. Fue un militar que llegó a convertirse en Emperador de Roma en el año 98. A Trajano se le recuerda más por su labor como militar que como Emperador. Sus conquistas principales fueron el reino de Dacia (actual Rumanía), Armenia, Mesopotamia, la península del Sinaí y parte de la actual Siria. Bajo su mando el Imperio Romano llegó a tener las mayores dimensiones de su historia.
Adriano: pariente de Trajano, es proclamado emperador en el año 117 d. C. También nació en Itálica. El gobierno de Adriano duró veintiún años. Durante ellos se dedicó a visitar casi todas las provincias del imperio y a potenciar el arte y la cultura con la creación de bibliotecas. Fue muy tolerante con la libertad religiosa, registrándose durante su mandato una gran expansión del cristianismo en todo el imperio romano.
Séneca: filósofo nacido en Córdoba en el año 4 a. C. Fue senador y maestro de Nerón antes de que éste fuera emperador. Tuvo una gran influencia en los primeros años del gobierno de Nerón. Como consejero del emperador contribuyó a organizar el imperio y la ciudad de Roma. A pesar de su cercanía del poder, Séneca era bastante crítico.También fue dramaturgo y escritor, destacando entre sus obras literarias y de tipo moral “Cartas a Lucilo” y “De la brevedad de la vida”.
*      Primera división romana de Hispania, donde puede verse la Hispania Ulterior.
*      Hispania según la división provincial romana del 27 a. C., donde pueden apreciarse los límites de la Bética
*      Hispania en época de Diocleciano
La actual Andalucía fue una de las zonas del Imperio Romano, incorporadas al mismo tras un largo período de conquistas, más intensamente romanizada. En plena época republicana (197 a. C.), Hispania queda dividida en dos provincias, la Citerior y la Ulterior, división que fue modificada por Augusto el 27 a. C. en Tarraconense, Lusitania y Bética. La Bética no coincide exactamente en sus límites con Andalucía, como veremos más abajo. Augusto se reserva para su gobierno personal dos de las provincias: la Lusitania y la Tarraconense, que englobaba parte de la actual Andalucía, en concreto la zona de Sierra Morena y el sudeste de la región. La Bética quedó bajo la influencia y el control directo del Senado, que encargaba a un procónsul el gobierno de la provincia. La capital será Corduba. Esta división durará hasta Diocleciano (fines del siglo III d.C.), quien llevó a cabo una nueva división de Hispania. Los factores que contribuyeron a la rápida e intensa penetración de la cultura romana en Andalucía, así como los testimonios que nos indican la importancia de esta romanización en la configuración cultural de nuestra Comunidad Autónoma, fueron:
*      PREDISPOSICIÓN FAVORABLE DE LA ZONA.
Toda la costa sur y este de Hispania había estado abierta al contacto con nuevos pueblos desde muchos siglos atrás (griegos, fenicios, cartagineses), creando una cultura favorable a la asimilación de lo extranjero, lo cual hizo rápido, duradero y voluntario el proceso de Romanización.
*      LAS VÍAS DE COMUNICACIÓN.
La construcción de las vías romanas, por las que discurrían las legiones, y tras ellas el comercio, facilitó la creación de campamentos y ciudades que pronto fueron núcleos de explotación agrícola y comercial, así como focos de cultura. Las vías romanas en la Bética y sur de la Tarraconense son conocidas principalmente por un famoso Itinerario (algo así como una guía de viajes, que señalaba las distancias en millas a Roma y los principales albergues en el camino), el Itinerario Antonino. Eran importantes los ramales de la Vía Augusta (por la costa mediterránea hasta Gades y por el interior por Guadix y Córdoba a Sevilla)), y la Vía de la Plata, que partía de Gades e Itálica y se dirigía hacia el norte de Hispania pasando por Emérita. También era frecuente, y muchas veces más rápido y seguro (y por ello más utilizado en algunas ocasiones, como los intercambios comerciales), el tráfico marítimo y fluvial (el Guadalquivir era navegable hasta más arriba de Sevilla. La zona siempre fue un importante foco del comercio marítimo, debido a la extensión y seguridad de sus costas, con puertos como el de Gades, Malaca, Carteia [cerca de Algeciras] y Sexi [Almuñécar]).
*      LA UNIFICACIÓN LINGÜÍSTICA.
El territorio de la actual Andalucía adoptó rápidamente y por completo el uso del latín en la vida diaria y como vehículo de propagación de la cultura, hasta el punto de que, según testimonios de la época, había olvidado sus lenguas maternas. La educación fue bastante cuidada en la región, pues hay testimonios de un nivel cultural bastante alto. En diversa poblaciones importantes (Cádiz, Córdoba, Écija) existieron escuelas públicas que enseñaron la cultura y la literatura latinas, y favorecieron la educación de la población bética indígena. Fruto de este auge cultural, en Andalucía se conocen varias familias hispanas que llegan a intervenir activamente en la vida cultural y política del Imperio. De hecho, una de las familias que dio brillo a la literatura latina fue la de los Séneca, natural de Corduba. En Cádiz es famosa la familia de los Balbos (senadores) y de Itálica salen dos emperadores, Trajano y Adriano, que llevaron al Imperio a uno de sus mejores momentos en cuanto a expansión y estabilidad cultural y política (finales I d. C. / comienzos II d C.)
*      LA ORGANIZACIÓN ADMINISTRATIVA Y SOCIAL.
En el Imperio Romano, cada provincia se encuentra dividida en conventus, unidades administrativas con fines de administración de justicia, si bien debieron servir también funciones de reclutamiento o recaudación de impuestos. La Bética estuvo dividida en cuatro conventi: Gades, Corduba, Hispalis (Sevilla) y Astigi (Écija). Cada conventus estaba a su vez dividido en civitates, es decir, porciones de territorio que estaban bajo la jurisdicción de un núcleo de población principal.
Con respecto a las clases sociales, éste puede ser el reflejo que dejaron en Andalucía: los soldados y colonos, representantes de las clases sociales bajas romanas, eran fundamentalmente de origen itálico, es decir, con ciudadanía, no romana, sino itálica, sin gozar de plenos derechos de participación en la vida política de la capital. Las clases bajas hispanas convivieron pacíficamente y se mezclan con las clases bajas y medias de procedencia romana o itálica. Muchos hijos de matrimonios mixtos obtenían con facilidad la ciudadanía.
Los hombres libres no ciudadanos (los peregrinos) formaban la mayoría de la población hispana y disfrutaban de derechos civiles, pero no políticos.
La clase dominante romana adquiere posesiones en la zona, pero la mayor parte de las veces están ausentes de ellas, dejando su explotación en manos de administradores o arrendatarios. Los beneficios sacados de estas explotaciones revierten principalmente en Italia, donde los dueños invierten. Otro modo de intervención en Hispania por parte de estas clases acaudaladas se hace por medio de las sociedades de publicanos, que explotan por arrendamiento diversas posesiones y exclusivas del Estado: minas, recaudación de impuestos. Parte de estos beneficios revierten en Italia, y otra parte se invierte en la agricultura hispana. Las clases altas hispanas se asimilan y son absorbidas por las clases altas romanas. Con bastante facilidad se concedió la ciudadanía romana a quienes se hubieran distinguido en acciones en pro de Roma.
En cuanto a los esclavos, desde que se pacificó la zona, los esclavos no solían ser de procedencia bética. Trabajaban principalmente en minas, explotaciones agrarias y talleres artesanales.
*      LAS CIUDADES.
Andalucía fue una zona intensamente urbanizada, en la que las ciudades preexistentes se integraron plenamente en la estructura administrativa romana, junto con las de nueva creación, y contribuyeron a la expansión de la cultura romana. Las civitates tuvieron estatutos jurídicos diferentes, según fuera su base organizativa indígena o romana.
Entre las indígenas existieron ciudades federadas (exentas de impuestos y que mantiene su sistema jurídico indígena por haber hecho un pacto con Roma), libres (igual, pero por concesión del Senado, que podía volverse atrás en su concesión) y estipendiarias (que deben pagar impuestos por haber sido sometidas por las armas).
Entre las romanas, es decir, las ciudades jurídicamente privilegiadas, existieron las colonias (fundadas por Roma con ciudadanos romanos o latinos, a los que se entregaban lotes de tierra; se organizaban al modo romano) y los municipios (o ciudades indígenas a las que Roma otorgaba el derecho de ciudadanía, bien latino [con menos derechos], bien romano [con más derechos]).
En la Bética el número de las ciudades privilegiadas era muy numeroso proporcionalmente al resto de Hipania. La organización ciudadana de colonias y municipios en la Bética es conocida gracias a algunas leyes municipales que se han conservado, como las de Osuna (Urso) y la Lex Flavia Malacitana. Cada ciudad tenía: un Senado o Consejo de los decuriones (nombrados vitaliciamente y elegidos entre la oligarquía de la ciudad, y debían ser ciudadanos); una Asamblea popular (formada por los ciudadanos con derecho de ciudadanía); dos duoviri, encargados del poder ejecutivo (elegidos anualmente, presidían las reuniones del Senado y la Asamblea, y tenían como ayudantes a dos ediles.)
Las ciudades se embellecieron con edificios públicos, al estilo de la capital del Imperio (foros, termas, gimnasios, teatros, anfiteatros). Algunas obras de tipo militar o de interés público han llegado en buen estado hasta nosotros, como sucede con el puente de Córdoba. Se conservan restos arquitectónicos de gran importancia, como son: ITÁLICA: se conservan restos de la ciudad, con su red de alcantarillado, estructura de las calles y restos de casas y mosaicos; teatro, anfiteatro con gran capacidad de acogida de espectadores; termas. BOLONIA (restos de la antigua ciudad de Baelo Claudia, cerca de Tarifa): ruinas de la factoría de salazón, templos, termas, ciudad, foro, necrópolis. Termas de SAN PEDRO DE ALCÁNTARA. Teatro de ACINIPO (cerca de Ronda). Teatro de MÁLAGA. Ruinas de TORROX (mosaicos, hornos y necrópolis). CARMONA: importante necrópolis. OSUNA (antigua ciudad de Urso): placas de bronce con leyes inscritas, teatro y necrópolis. La típica estructura de la casa señorial romana, centrada en el atrio y ampliada en su parte trasera con el peristilo, está recogida en los restos conservados en Andalucía de villas romanas, tanto rústica como urbana. Por ejemplo, en los restos de la villa romana de Marbella.
Las costumbres en las comidas también fueron adoptadas, y no fueron ajenos los pueblos de la zona a los gustos de la urbe, ya que varias de las más famosas industrias de salazón de pescado y de fabricación de "garum" (salsa para acompañar los platos de comida, muy apreciada y bastante cara, hecha a base de las vísceras y restos de diversos pescados) se hallaban en la zona sur de la Bética (Almuñécar, Fuengirola, Baelo Claudia)
*      EL EJÉRCITO.
La procedencia social de los soldados influyó en el modo de romanización de la zona: eran normalmente de baja clase social, con un alistamiento que en realidad pretendía mejorar su status económico y social, mediante un rápido enriquecimiento con los botines de guerra o la consecución de tierras al licenciarse. Por esto fue muy normal su posterior asentamiento en la Bética. La peculiar importancia del general del ejército (cuyos soldados adquirían un vínculo sagrado, personal, con él, más que con Roma) observado en el último siglo de la República, también tuvo su reflejo en Andalucía, donde ejército y ciudades se ponen de parte de uno u otro cuando ocurren las guerras civiles entre Pompeyo y César, y los acontecimientos posteriores. Tras la instauración de un ejército mercenario desde tiempos de Mario (principios s. I a. C.), debido a la escasez de efectivos al haber concedido la ciudadanía a los itálicos, se admitió el reclutamiento de tropas hispanas en el ejército regular. Numerosas colonias fueron fundadas en la región para asentamiento de veteranos tras su licencia: Itálica, Urso (Osuna), Baena. Normalmente, los ejércitos acampaban fuera de las ciudades, por lo que no había excesivo contacto con la población hispana. Pero en los largos períodos de descanso, se mezclaban con la población indígena y había muchos matrimonios mixtos.
*      LA RIQUEZA MINERA Y AGRÍCOLA.
La gran riqueza agrícola de la Bética queda demostrada, por ejemplo en el gran número de talleres de fabricación de ánforas y vajillas que sirvieron como recipientes para la exportación de estos productos (cereal, vino, aceite, etc.). Cascotes de estos recipientes se encuentran por todo el Imperio. Fue especialmente rico y explotado el fértil valle del Guadalquivir. La riqueza minera de Sierra Morena, en todo el norte de Andalucía (provincias de Huelva, Córdoba y Jaén, especialmente) era muy conocida y codiciada por los pueblos que pasaron por la región. La enorme riqueza de la región hizo posible el interés de Roma por mantener su poder y su civilización en la zona, así como la aparición de numerosas familias importantes hispanas, que consiguen la ciudadanía y el ascenso social.
*      LA RELIGIÓN.
La religión precedente a la romana tuvo escasa pervivencia precisamente por la intensa Romanización de la zona. Todos los dioses de la religión romana recibieron culto en Hispania. El dios más venerado fue Júpiter, seguido de Diana. En la Bética se conserva el Capitolio de Baelo Claudia, con los tres templos dedicados a la tríada capitolina: Juno, Júpiter y Minerva, y hay noticias de templos en la provincia de Huelva y en Cádiz. También en la Bética han aparecido imágenes de los dioses romanos, como Mercurio, Venus y Diana. En época imperial, Hispania se unió al culto al emperador (culto imperial), y se conservan restos y estatuas, que testimonian este hecho, dedicados al emperador del momento. Así, en Itálica el templo estaba dedicado al dios Trajano (el emperador originario de esta ciudad). También en Córdoba el templo estaba dedicado al culto imperial.
Asimismo, florecieron las religiones mistéricas, como el culto a Mitra (del que hay evidencias en Málaga e Itálica), el de Atis (en Acinipo y en Cádiz), y el de la Magna Mater, o Cibeles. En Córdoba hay noticias de sacrificios de toro (ceremonia del culto a Mitra) por distintos motivos, como epidemias y catástrofes similares. En Cádiz estaba el santuario más famoso de Hispania, el Herakleion, dedicado al Hércules gaditano, antigua deidad fenicia que, por influencia del Heracles griego, se transformó en dicha divinidad.
YACIMIENTOS ARQUEOLÓGICOS
La riqueza artística y patrimonial de Andalucía viene dada del crisol de culturas que han convivido en estas tierras a lo largo de los siglos. En cada rincón del sur de España puedes encontrar vestigios de los antepasados que nos hacen imaginar cómo era en sus diferentes etapas históricas. Una de las épocas de esplendor de la que fue conocida como “Bética” fue el Imperio Romano. Cuando se viaja por Andalucía pueden observarse los yacimientos arqueológicos de los primeros años de nuestra historia. Teatros, termas, acueductos y necrópolis se encuentran en perfecto estado de conservación a lo largo y ancho de nuestra geografía. Destacan diez puntos romanos en el sur de España que son una manifestación de lo más hondo y suntuoso del gran imperio que conquistó el Mediterráneo.
1. ACINIPO EN RONDA (MÁLAGA)
Sin duda está considerado como uno de los yacimientos romanos más interesantes de Andalucía por su estado de conservación. Ubicado en el corazón de la Serranía de Ronda, las fértiles tierras que lo rodean hicieron que nuestros antepasados crearan una ciudad en el lugar donde ahora nos quedan estos vestigios. En Acinipo destaca por su valor arquitectónico el teatro, que representa el esplendor de la villa durante el siglo I a. C.
2. ACUEDUCTO DE CÁRTAMA (MÁLAGA)
Los romanos fueron pioneros en muchas innovaciones arquitectónicas pero, sin duda, una de las más destacadas fue la canalización de las aguas a través de acueductos. En Cártamase encuentra un claro ejemplo de ello. Esta estructura comunicaba el nacimiento del río con el vecino municipio de Alhaurín el Grande.
                                                          
3. BAELO CLAUDIA EN TARIFA (CÁDIZ)
En Baelo Claudia nos encontramos ante una de las ruinas romanas más espectaculares de España. Los romanos se enamoraron perdidamente de la playa de Bolonia, en Cádiz, y decidieron hacer uno de sus asentamientos. Con unas inmejorables vistas al mar esta ciudad romana era un punto estratégico para el comercio con África. El yacimiento conserva los elementos más representativos de la ciudad como la plaza, la factoría de salazones y pescados, el teatro y hasta la necrópolis.
4. BAÑOS ROMANOS DE LA HEDIONDA EN MANILVA Y CASARES (MÁLAGA)
Dice la historia que hasta el mismísimo Julio César se bañó en la Hedionda para que sus aguas curaran las heridas de una infección en la piel. Su peculiaridad como baños sulfurosos y lo dilatado de su aprovechamiento por el hombre han enriquecido su papel en la realidad histórica y científica.
5. NECRÓPOLIS ROMANA (CÁDIZ)
Los romanos eran muy cuidadosos con sus ritos funerarios. El conjunto de la necrópolis de Cádiz está formado por un total de 28 tumbas de época romana datadas entre el siglo I a. C. y el II de nuestra era. Los enterramientos llevados a cabo tanto por el rito de incineración como de inhumación estaban realizados en fosas simples aunque también hay algunos inhumados en caja de mampostería.

6. ITÁLICA (SEVILLA)
Una buena ruta romana que se precie por Andalucía no puede pasar de alto Itálica. Esta antigua ciudad romana situada en el municipio sevillano de Santiponce fue la primera en ser fundada en Hispania y también pionera en crearse fuera de territorio italiano. El yacimiento conserva en muy buen estado su conjunto donde puedes apreciar el teatro, las termas, el acueducto e incluso restos de casas. Los mosaicos son uno de los elementos artísticos más destacados de la época de esplendor del Imperio Romano.

7. TEATRO ROMANO (MÁLAGA)
El teatro romano de Málaga data del siglo I y fue construido en la época del emperador Augusto. Se encuentra ubicado en pleno corazón de la ciudad a los pies de la Alcazaba.
8. VILLA DE CAVICLUM DE TORROX (MÁLAGA)
La zona arqueológica de Caviclum en Torrox es una de las más destacadas de la provincia de Málaga. El conjunto arquitectónico está formado por una villa, unos hornos para la fabricación de cerámica, una necrópolis, unas termas y una factoría de salazón. Este lugar fue en tiempo de los romanos un importante enclave para la producción agrícola y pesquera.

9. NECRÓPOLIS ROMANA DE RIOTINTO (HUELVA)
La zona minera de Riotinto en Huelva cuenta también con su propia necrópolis romana. En este lugar se encuentran restos arquitectónicos monumentales como un mausoleo o torre funeraria de planta casi cuadrada que conserva parte de la obra de cimentación y tumbas excavadas en roca que responden a los ritos de cremación.
10. TERMAS DE LAS BÓVEDAS DE MARBELLA (MÁLAGA)
A poco más de 10 metros de la playa de Guadalmina, entre Marbella y Estepona, podemos encontrar  las “termas de las Bóvedas”.  Este yacimiento  que data del siglo II está considerado uno de los más singulares en todo el territorio español  perteneciente a esta época.

LAS PRIMERAS INVASIONES
En el 411, en virtud de un foedus pactado con el Imperio romano de Occidente, los suevos, vándalos y alanos del norte y del sur se establecieron en la península Ibérica. Los vándalos silingos (dirigidos por Fridibaldo), más poderosos que sus hermanos asdingos, recibieron la fértil provincia de la Bética, donde permanecieron poco tiempo antes de pasar al Magreb. No es posible especificar en qué zonas de Andalucía se asentaron, debido a su corta permanencia y a la falta de hallazgos arqueológicos.17
LA BÉTICA VISIGODA Y LA PRESENCIA BIZANTINA
Con la irrupción de los visigodos en el escenario político de la península Ibérica el 418, los vándalos fueron expulsados. El carácter meridional de Andalucía y su fuerte romanización y afianzamiento de una oligarquía territorial, capaz de tener auténticos ejércitos propios, dio a la Bética un carácter especial. Fue el último territorio controlado por los visigodos, y el que mayor inestabilidad política presentaba. Muestra de ello es que en el año 521 el pontífice nombró vicario para la Lusitania y la Baetica al obispo metropolitano de Sevilla (Salustio), dando a entender que la jurisdicción eclesiástica de Tarragona no controlaba los territorios del sur peninsular.
A partir del año 531 el rey visigodo Teudis llevó a cabo una rápida expansión hacia el sur, llegando a instalar su corte en Sevilla, para tener un mejor control de sus operaciones en el sur peninsular. Incluso llegó a dirigir una ofensiva, fracasada, contra el poder bizantino establecido en Settem (Ceuta). La Bética quedó definitivamente integrada en el reino visigodo de Toledo, si bien cuando los intereses de la oligarquía terrateniente hispano-romana peligraban, se producían rebeliones, como las de Atanagildo y Hermenegildo.18
La rebelión de Atanagildo, con apoyo de la oligarquía de la Bética, supuso la entrada en acción del poder bizantino, en expansión bajo Justiniano I. La importancia del litoral andaluz para el comercio en el Mediterráneo hizo que se incorporara a la provincia bizantina de Spania. Sin embargo, la presencia bizantina en Andalucía fue fugaz, ya que el poder visigodo de Toledo siempre quiso recuperar el litoral perdido. Las campañas, primero de Leovigildo y luego de Suintila, hicieron que se creara un poder unificado en la península Ibérica.

Durante el periodo visigodo, en lo religioso y cultural San Leandro y San Isidoro fueron personalidades fundamentales, que desempeñaron su labor principalmente en Sevilla.

jueves, 17 de diciembre de 2015

TEMA 10. EL RÉGIMEN DE LA RESTAURACIÓN Y EL SISTEMA CANOVISTA. OLIGARQUÍA Y CACIQUISMO EN ANDALUCÍA

TEMA 10. EL RÉGIMEN DE LA RESTAURACIÓN Y EL SISTEMA CANOVISTA. OLIGARQUÍA Y CACIQUISMO EN ANDALUCÍA
1.- Introducción.
2.- Génesis de la Restauración.
3.-Cánovas del Castillo y su proyecto político.
4.-La bases políticas del sistema.
4.1.-La Constitución de 1876.
4.2.-Los partidos políticos del sistema.
4.3.-El funcionamiento del sistema:bipartidismo, turnismo y caciquismo andaluz.
5.-Los liberales-fusionistas en el poder.

 1.- Introducción.
La revolución de 1868 constituyó un gran fracaso. No creó una monarquía estable, no solucionó el problema social, ni fijó una conciencia ciudadana de participación. Faltaba una auténtica burguesía. A ello se une el divorcio entre masa popular y clases dirigentes de país. Así comenzó el periodo de la Restauración. Se restauraba la monarquía borbónica, lo que suponía la vuelta al moderantismo liberal, pero con modificaciones.
2.-Génésis de la Restauración.
   Tras el golpe del General Pavía, el 3 de enero de 1874, Serrano encabezó el gobierno y dedicó sus esfuerzos  a acabar con la guerra carlista. Los oficiales pro-alfonsinos adquirieron gran protagonismo, la burguesía catalana y lo círculos ligados al negocio ultramarino inician una presión al régimen, que preconiza la restauración de la dinastía borbónica.
El 1 de diciembre el Príncipe Alfonso, con motivo de su 17 cumpleaños, dirigió desde la Academia militar de Sanddhurst(Inglaterra) un Manifiesto a la Nación , redactado por Cánovas del Castillo en el que afirmaba:” La única solución para los problemas de España residía en el restablecimiento de la monarquía tradicional”. Aunque Cánovas, líder indiscutible de esta opción, no era partidario de nuevos pronunciamientos, el 29 de diciembre , el general Martínez Campos proclamó en Sagunto a Alfonso XII como rey de España, sumándose de inmediato la mayor parte del ejército. La pasividad del resto de la fuerzas armadas y del gobierno, provoca la llegada al poder de Cánovas que se hace cargo de llamado ministerio-regencia.  Cánovas apela a la burguesía para que sostuviera en el trono a Alfonso. Ahora se deseaba obsesivamente la paz y el orden para acabar con “cambios, mudanzas, algaradas, revoluciones, .. “ que alteraban la consecución de los intereses. De ahí que el miedo desempeñara un importante papel en la alianza de la burguesía con el régimen; miedo, sobre todo, a una revolución social.
El 14 de enero de 1875, el nuevo rey, Alfonso XII, entra triunfalmente en Madrid y confirma al político malagueño al frente del Ejecutivo. La Restauración había comenzado. Su objetivo: restablecer el régimen liberal moderado anterior a 1868.
El advenimiento del nuevo régimen fue algo complicado, su gestación se fraguó desde la Cortes Constituyentes de 1869. En ellas el grupo liberal conservador, unos pocos diputados, presididos por Cánovas actuaba calladamente en la oposición, con el objetivo de conseguir una estabilidad política y una convivencia pacífica, en principio, no ligada expresamente a la continuidad borbónica. Visto el fracaso de Amadeo y el desbordamiento de los acontecimientos del sexenio, el político malagueño se erige en defensor de la restauración de la monarquía, pero no en la persona de Isabel II, sino de su hijo, el príncipe Alfonso. En el nuevo régimen político tendrían cabida la mayor cantidad posible de elementos de todas las corrientes del liberalismo. Habían de conciliarse lo antiguo y lo moderno, es decir, el legado básico de la revolución liberal y parte de los valores democráticos del 68. Era la mejor fórmula para la estabilidad, el término medio.
Cronología de los hechos para conseguir diseñar el nuevo régimen:
1.                Atracción de los antiguos moderados isabelinos.
2.                Llamada a la vieja clase propietaria, prometiéndoles seguridad y prosperidad.
3.                Convencer a los elementos de la clase dirigente del Sexenio, pues su principal apoyo, las clases medias urbanas  deseaban cada vez más,  paz y tranquilidad.
4.                Abdicación de Isabel II en su hijo en 1870.
5.                En el panorama internacional se busca la aprobación y el respeto de potencias importantes de Europa como Austria-Hungria, Francia o Reino Unido. Así Cánovas aconsejó la formación del joven príncipe en la corte austriaca(tradición autoritaria) y en la Academia Militar británica de Sandhurst(tradición liberal). Tambíen se realizaron gestiones ante el Vaticano.
6.                  Control del ejército, para no volver a los pronunciamientos favorables a los antiguos moderados. Recelaba del estamento militar interviniendo en la vida política, para evitarlo reserva para el rey el cargo de jefe supremo del ejército. La paradoja es que el nuevo régimen llega tras la sublevación de Martínez Campos.
3.-Cánovas del Castillo y su proyecto político.
Antonio Cánovas del Castillo(1828-1897) es el artífice del sistema de la Restauración, y aunque sus ideas no eran del todo originales, su valía residió en diseñar el sistema y dirigir su construcción. Aunque nacido en Málaga, muy joven se traslada a Madrid donde cursa sus estudios universitarios, adquiriendo grandes conocimientos en la Historia de España de los siglos XVI y XVII. A ello se une su experiencia en la vida política, pronto intervino en los acontecimientos, como en la Revolución de 1854, en la que redactó el Manifiesto de Manzanares, en defensa de la causa de O´Donnell. En este documento y en sus adscripción al partido Unión Liberal se atisban sus ideas: conciliación, término medio y centrismo político.  En su persona se aúnan peso teórico y un claro pragmatismo.
Consciente de los logros obtenidos por la Revolución Liberal: Estado unitario y centralista, asentamiento de las bases de la economía y estructura social moderna; pero también de los males que habían aquejado al país: difícil convivencia de las dos corrientes del liberalismo español(moderados y progresistas).  Así,  comprende que frente al monopolio moderado, debió  aparecer el pronunciamiento como única vía de acceso al poder para los progresistas, y en consecuencia la militarización de la vida política.
Tras el fracaso de los diversos experimentos del Sexenio, Cánovas estimó necesario apelar a lo que él llamaba la “constitución interna”de las naciones, que para España eran: la Monarquía y las Cortes. Había que construir un nuevo sistema en torno a estas dos instituciones basado en:
1.                  Una nueva Constitución, consensuada entre todos los partidos que aceptasen la monarquía de Alfonso XII.
2.                  Predominio de poder civil sobre el militar.
3.                 Existencia de dos grandes partidos políticos, que se alternasen pacíficamente en el poder.
4.                Esta alternancia no se basaría en la voluntad salida de las urnas, sino en la decisión del monarca que se convierte en el árbitro de la vida política.
5.                  En el nuevo régimen deberían convivir: tradición-modernidad y orden-libertad.
Para poner en práctica el nuevo sistema,  cuanto antes, era preciso acabar con dos problemas heredados:
                     La guerra carlista.
                     La guerra de Cuba.
Al primero se le puso fin en febrero de 1876, fecha en la que Carlos VII  emigró a Francia tras sus derrotas en El Maestrazgo y Cataluña y fuertes ofensivas sobre Vizcaya y Guipúzcoa. A partir de entonces el carlismo queda fragmentado:
1.                  Por un lado, los partidarios del viejo programa,  que siguieron a Cándido Nocedal y su facción integrista.
2.                Pero, otros muchos, se integraron en el partido conservador de Cánovas.
La consecuencia más importante de esta guerra fue la abolición del régimen foral de vascos y Navarros, aunque se les compensó con conciertos económicos. Ello les permitía cierto grado de autonomía financiera, fiscal y presupuestaria.
Acabada esta guerra, los esfuerzos económicos y militares se centran en la resolución del segundo problema. La guerra de Cuba aún duró varios años y sería el general Martínez Campos el encargado de finiquitarla tras hacerse cargo del mando de la operaciones a finales de 1876. El cansancio, las medidas pacificadoras y la presión militar hacen posible la firma de La Paz de Zanjón en 1878. Entre las claúsulas destacan: Autonomía para la isla y abolición de la esclavitud. Medidas insuficientes, ya que a finales de siglo renace “la llama independentista”.
4.-Las bases políticas del sistema.
4.1          La Constitución de 1876.
Se convocan elecciones en 1876, celebradas mediante sufragio universal, aunque enmascarado ya que el partido conservador “viciaba”los votos. Las elecciones, con una gran abstención, dieron la victoria al partido de Cánovas, el Partido alfonsino. El resto estaría formado: constitucionales del 68(con Sagasta a la cabeza), algún republicano y un grupo de antiguos moderados.
La redacción del proyecto constitucional se encargó a una Comisión de Notables presidida por Manuel Alonso Martínez. Su primera característica es la flexibilidad: deben tener cabida los distintos programas liberales(Constitución de consenso).Antes de comenzar los debate, Cánovas consideró fundamental establecer unas premisas que colocasen a la monarquía por encima de los partidos políticos, para ello apeló a la existencia de unas instituciones fundamentales: Monarquía y Cortes.
Aceptados estos supuestos por el Congreso los artículos fueron aprobados en breve y con pocos debates, si se exceptúan los referentes a la cuestión religiosa. El Congreso se dividió entre: Defensores de la unidad católica  y los de la tolerancia(Constitución de 1869); al final, se llegó a una fórmula ecléctica.
El texto aprobado y promulgado el 30 de junio de 1876 consta de .
-13 Títulos.
-89 Artículos.
Características:
1.                  Es la más duradera,hasta ahora, de la historia de España.
2.                   Bases programáticas variadas:  de la Constitución de 45 adopta el principio de soberanía compartida. Y de la Democrática del 69 una amplia declaración de derechos individuales.
3.                  Ambigüedad en la cuestión religiosa: El Estado se declara confesional, pero admite la libertad de los ciudadanos, aunque nunca fuera del ámbito privado(art. 11).
4.                  El pilar del régimen será la Corona con grandes prerrogativas: derecho al veto, potestad legislativa compartida con las Cortes, nombramiento de los ministros y la jefatura del ejército.
5.                  Las Cortes son bicamerales, dos cuerpos colegisladores con iguales facultades, desde el Estatuto Real . El senado era de composición mixta : Senadores vitalicios(por derecho propio y los nombrados por el Rey) y los senadores electos, por un periodo de 5 años. Entre los primeros estaban: los miembros de la familia real, representantes de la alta nobleza, del clero, del ejército o de las instituciones del Estado. Los designados por la Corona lo eran en función de su profesión o renta. Los electos,  lo eran por diversas corporaciones civiles, políticas o religiosas, junto con los mayores contribuyentes de cada provincia.
En cuanto al Congreso de los Diputados, sus miembros eran todos electos, uno por cada cincuenta mil habitantes por un período de 5 años(Art. 27). Aunque no se especifica, por la Ley Electoral de 1878, se implantó el sufragio censitario y pasó a universal masculino por la de 1890.
6.                El resto de cuestiones se remiten a la fórmula antigua y se remiten a un desarrollo posterior.
4.2          Los partidos políticos del sistema.
El sistema de la Restauración se basaba en la alternancia de dos partido, el Liberal-conservador y el Liberal-fusionista. Ambos con las características propias de los sistemas liberales del XIX:
                    Eran partidos de “notables”,es decir, estaban dominados por unos pocos individuos y con una base electoral propia y estable.
                    Los componían y los controlaban las clases propietarias(Aristócratas y burguesas) y por los elementos de las clases medias. En el partido conservador era mayor el número de terratenientes y el de profesionales liberales en el fusionista..
                     Ideológicamente ambos comparten un programa común: defensa de la monarquía, la constitución, el sistema capitalista y la consolidación del estado liberal, unitario y centralista. Las diferencias eran mínimas: los Conservadores eran proclives al inmovilismo político y a la defensa de la iglesia y del orden social. Los fusionistas defendían proyectos más progresistas o laicos.
                    Ninguno de los dos eran partidos de masas, tenían una organización amplia y centralizada, no defendían intereses económicos o ideológicos específicos, no eran partidarios de las elecciones, ya que las viciaban y las manipulaban.
El partido Liberal-conservador tuvo a Antonio Cánovas como fundador y personaje principal. Su origen se remonta al pequeño grupo de oposición liberal-conservadora de la época de Sexenio, en el que junto a Cánovas se encontraba Francisco Silvela. Tras el fracaso de Amadeo I, se fragua la restauración y pasa a llamarse partido alfonsino. Al grupo se unen elementos de la Unión Liberal y algunos revolucionarios “arrepentidos” como el antequerano Romero Robledo. Los antiguos moderados, hasta después del pronunciamiento de Martínez Campos, no desembarcarán en las filas de lo que pasó a llamarse Partido Conservador.
Por su parte, el proceso de formación del Partido Liberal-fusionista fue más complicado y de mayor duración. Aporta el legado democrático de la Revolución de 1868. Su personaje principal fue Práxedes Mateo Sagasta(1827-1903), hombre importante del Sexenio, jefe del gobierno en varios ocasiones y líder del Partido Constitucional, formado por el ala derecha de los progresistas y la izquierda de la Unión Liberal .Tras años de reticencias y oposición a la Constitución de 1876 aceptarán las reglas del juego y a ellos se unirán personalidades del Sexenio, como los radicales e incluso republicanos de Castelar, constituyendo el Partido Liberal-fusionista.
Había más fuerzas políticas, pero que operaban fuera del sistema y constituían su oposición. Nos limitaremos a citarlas:
1.                  Grupos republicanos, en la izquierda.
2.                  Los carlistas en la derecha. Muchos engrosarán las filas del Partido Conservador a través del integrismo católico.
3.                  El movimiento obrero, también en la izquierda, anarquistas y marxistas. Estos últimos fundarán el PSOE en 1879.
4.                  En los años noventa surgen los movimientos regionalistas y nacionalistas.
4.3          El funcionamiento del sistema:Bipartidismo, Turnismo y Caciquismo Andaluz.
El sistema político de la Restauración se basaba en la alternancia pacífica de dos partidos en el gobierno. El acceso al poder dependía de dos factores:
                    La confianza del rey.
                    La confianza de la mayoría parlamentaria.
Para asegurarse esta última se controlaba la consulta electoral. El mecanismo solía ser:
Cuando el partido gubernamental se desgastaba y perdía la confianza de las Cortes, el rey encargaba al jefe del partido opositor formar gobierno. Acto seguido se disolvían las Cortes y se convocaban elecciones para conseguir una mayoría parlamentaria. Hecho fácil pues el fraude y el caciquismo aseguraban la victoria .
La dirección de la maquinaria electoral se centraba en Madrid: los líderes de los dos partidos se ponían de acuerdo para elaborar el llamado “encasillado”, una lista en la que figuraban los candidatos que contaban con el visto bueno del gobierno y los distritos en los que se dividía el país. El Ministro de Gobernación enviaba a las provincias las propuestas de candidatos oficiales y allí El Gobernador Civil se pone en comunicación con los notables locales  o caciques. Dichos candidatos oficiales tenían ganada la elección antes de celebrarse. Si el pacto era imposible o inseguro se ejercitaba “el pucherazo”consistente en la aplicación de la coacción, violencia, fraude, compra de votos, etc
¿Qué era el caciquismo y quiénes eran los caciques? El caciquismo fue un hecho sociopolítico, que se dio en España desde mediados del XIX hasta el primer tercio XX, consistió en el control del poder de las zonas rurales , por personas de gran influencia y prestigio social. Residuo de las antiguas relaciones señoriales y suponía la dependencia del campesinado respecto al cacique. Por ello, Andalucía fue su principal reducto. Como ejemplo,  cabe mencionar al malagueño Romero Robledo(Antequera), experto en el amaño de elecciones. También eran malagueñas las familias Larios, Loring y Heredia. Emparentaron  entre ellos y ejercieron gran influencia en el sistema y la época . Valga como muestra, que el regreso de Alfonso XII se fraguara en la residencia Loring-Heredia en Madrid.
Los caciques eran miembros de una élite local o comarcal caracterizada por :
1.                  Su arraigo en un medio geográfico, económico y socialmente concreto.
2.                  Su predominio personal(único y no compartido) en una sociedad cerrada.
3.                  Su función de intermediarios entre la sociedad y el Estado.
Su fijación definitiva a un lugar, frente a la temporalidad de funcionarios y diputados, le convertían en el único interlocutor del poder central, pues la sociedad no había asumido aún el paso histórico del Antiguo al Nuevo Régimen. En resumen, los caciques eran los más influyentes de la localidad, los encargados de recopilar los votos y amañar las elecciones. Se relacionan con el Gobernador Civil o con personajes de Madrid, dispensan favores y prebendas a cambio de votos , son los amos y señores de los pleitos rurales y generan “clientelismo”de adictos.
Su función esencial era la de intermediarios , controlaban la relaciones personales de sus pueblos o comarcas, ya que eran los que “traducían “ a una sociedad inculta los escritos que llegaban de la capital de provincias o del Estado y “dirigían”   la respuestas a las mismas con una regla de oro: Para los enemigos, la Ley ; y para los amigos, el favor.
5.-Los liberales-Fusionistas en el poder.
  El Partido Liberal-fusionista de Sagasta ,heredero del legado del Sexenio,  llegara al poder por primera vez entre 1881-83 e intentará impulsar su programa reformista., aunque no lo podrá aplicar hasta el llamado “Gobierno Largo de Sagasta (1885-90), tras la muerte de Alfonso XII. Ante el temor de desestabilización política, a la muerte del rey en1885, ambos partidos acuerdan garantizar la alternancia y el turno de partidos(El Pacto del Pardo). Se forma un gobierno Liberal-Fusionista  que asegura la continuidad del régimen con la Regencia de María Cristina(1885-1902). Hasta su retirada en 1901 Sagasta formó 5 gobiernos.
Reformas Liberales-Fusionistas más importantes realizadas durante sus períodos de gobierno:
                     Libertad de Reunión y Expresión(1881)
                     Sufragio Universal masculino, para la elecciones municipales de 1882.
                     Ley de Prensa(1883).
                     Abolición de la esclavitud en las colonias (1886).
                     Ley de Asociaciones(libertad sindical) en 1887.
                     Promulgación del Código Civil (1889).
                     Ley del Sufragio Universal, masculino, para las elecciones generales de 1890
Y aunque el censo electoral creció de 800.000 a 5.000.000 de personas, la perduración de los viejos mecanismo imposibilitó que el sufragio se convirtiese en un elemento dem