La Guerra Colonial y
la crisis del 98
1.
Introducción
2.
Política española y la radicalización
independentista.
3.
La Guerra de Cuba y Filipinas.
4.
Las consecuencias del desastre. La crisis del
98.
4.1.-Consecuencias políticas y económicas.
4.2.-El regeneracionismo.
1.-Introducción.
De los restos del imperio colonial en el último tercio del
XIX sólo quedan Cuba, Puerto Rico,
Filipinas y algunas otras posesiones. Cuba era económica y demograficamente
las más querida.
En la década de los sesenta se había modificado la actitud de
los ricos criollos, si durante el reinado de Isabell II no pensaban en la
independencia, la Revolución Gloriosa abrió las puertas para profundos cambios.
Dichos cambios, junto al incremento de la emigración, la
disminución de la mano de obra esclava y el desarrollo del mercado azucarero
con EEUU, propició que el líder cubano Carlos Manuel Céspedes, se
pronunciase al “grito de Yara” por una república cubana independiente(1868),
tras rechazar la alternativa de adhesión a EEUU.
Durante el reinado de Amadeo I el enfrentamiento se agudiza
entre los partidarios de la independencia y los ricos hacendados, opuestos
a cualquier cambio que transforme su situación privilegiada. Ello provocó el
estallido de la llamada Guerra Larga(1868-78), que finalizó con la Paz
de Zanjón, que supuso un
aplazamiento, no una solución al conflicto.
Entre este año y el inicio de la última guerra cubana, los
gobiernos españoles tuvieron 17 años para actuar e introducir algunas de las reformas
demandadas. Sin embargo, la falta de un proceso descentralizador y la
política económica proteccionista condujeron sin remisión a la declaración
de la guerra, con un claro objetivo: conseguir la independencia.
2.-Política española y Radicalización Independentista.
El período más idóneo para hacer concesiones a la reivindicaciones
cubanas fue durante el Gobierno Largo(1885-90) de los liberales
fusionistas, cuando el Partido
Autonomista Cubano se mostraba decidido a apoyar un programa reformista
propuesto por Madrid, para contrarrestar a los independentistas. Pero la única
medida aprobada fue la abolición de la esclavitud(1886), pues las Cortes
rechazaron: Dotar a Cuba de autonomia y
la reforma del Estatuto colonial(1893).
Las tensiones aumentaron a raíz de la oposición cubana
a los altos aranceles proteccionistas para dificultar el comercio con
EEUU. En 1891, a la condición de espacio reservado para los productos
españoles, se refuerza con una
arancel, lo que provocó malestar no sólo en la isla sino también en EEUU. El
presidente americano Mckinley amenaza con cerrar la puerta a los productos
cubanos (azúcar y tabaco) si el gobierno español no rectificaba. De su
importancia hablan las cifras, en 1894 el 88,1% de las exportaciones cubanas se
dirigían a EEUU. Para el gobierno español hay una doble preocupación: la
insurrección independentista y además, se puede ver apoyada por EEUU.
En el caso de Filipinas se suman los descontentos de
ciertos grupos indígenas(minorias tagalas) con la Admón. española, y el
excesivo poder de las órdenes religiosas. José Rizal fundó la Liga
Filipina con un programa simple:
•
Expulsión de los españoles.
•
“
de las órdenes religiosas.
•
Confiscación de los latifundios.
El General Polavieja capturó y ejecutó a Rizal, pero
surge un nuevo líder, Emilio Aguinaldo, uno de los creadores del movimiento
independentista Catipunan, que mantuvo la insurrección que obligó al
envío de nuevos contingentes militares al mando de Fernando Primo de Rivera.
Éste, negoció la paz con Aguinaldo pero al estallar el conflicto
hispano-norteamericano, el pacto de rompió.
3.-La Guerra de Cuba y Filipinas.
Durante el gobierno de Sagasta (1893-95), el ministro de
ultramar, Antonio Maura, elaboró un plan de reformas:
1.
Cuba tendría ciertas facultades autónomas, que
recaerían en una Diputación Provincial(no aceptada ni por asimilistas ni por separatistas).
2.
Filipinas se reorganizaría territorialmente y se
perseguirían las desigualdades entre blancos
y de color.
La salida de Maura del
gobierno propició el estallido de la guerra(Guerra Necesaria) en Cuba. Su jefe
fue José Marti, fundador del Partido Revolucionario Cubano, y su
mecha el llamado “grito de Baire”(24 febrero 1895).
El levantamiento se inició en la zona oriental de la isla,
siendo sus dirigentes Antonio Maceo y Máximo Gómez. Desde aquí extienden
la guerra al oeste, menos rebelde. Cánovas envia un ejército a Cuba, a cuyo
mando se encuentra Martínez Campos, hombre idóneo por su doble personalidad: duro
en la batalla y flexible en el diálogo(ante posibles acuerdos).
Los resultados no le acompañan, y el gobierno los sustituye
por el General Weyler,que llega con una consigna: acabar con la
insurrección, si es necesario por la fuerza. La ofensiva se acompañó de la
llamada “concentración” campesina. Es decir, a los campesinos se les aísla en
aldeas cerradas, para mantenerlos alejados de las tropas insurgentes. Pero la
falta de alimentos y asistencia médica provocó elevada mortalidad entre la
población civil(campesinos) y militar(ejército). La destrucción de ingenios
azucareros, de plantaciones y de vías férreas hace resentirse a la economía
cubana. Además, el apoyo, cada vez mayor, a los independentistas por parte de
EEUU hacía inclinarse cada vez más la balanza.
La injerencia norteamericana no era nueva, y respondía
al desarrollo de su política imperialista, caracterizada por un control
económico y financiero de áreas del Caribe y del Pacífico. En concreto, en la
isla tenía intereses azucareros. Frente a un acuerdo propuesto en época del
presidente Cleveland en la llamanda “nota Olney, pacificación y
concesión de un régimen autónomo para la isla, se pasa a una amenaza velada:
intervención en el conflicto. Con la llegada a la presidencia de Mckinley en
1897 la hostilidad americana no disminuyó, y su Secretario de Estado, Sherman,
protestó(junio 1897) por la forma que España llevaba la guerra.
Tras el asesinato de Cánovas(agosto 1897), el nuevo gobierno
liberal de Sagasta decide la estrategia de la conciliación. Relevó a
Weyler por el General Blanco y concedió la autonomía a Cuba,noviembre(
1897), el sufragio universal, la igualdad de derechos entre insulares y
peninsulares y la autonomía arancelaria. Esto no rebajó la tensión, los
independentistas rechazan el fin de las hostilidades y los norteamericanos
están decididos a forzar la cesión a ellos de la isla. Habían realizado varias
propuestas secretas de compra( la primera en marzo de 1843 y la última en marzo
de 1898 por la tentadora oferta de 300 millones de dólares). La prensa, como Hearst
y Pulitzer con sus campañas belicistas, movilizan a la opinión pública
contra el colonialismo español.
En febrero de 1898 el crucero norteamericano Maine realizó
una visita al puerto de La Habana, su voladura tras una explosión(15 de
febrero) fue atribuida al gobierno español, sin pruebas, por una comisión de
investigación norteamericana.En los años 60 del siglo XX, el almirante de la
flota de submarinos nucleares,Hymán Rickover, explicaba que la causa había sido
el calor producido por el fuego de una carbonera adyacente al paño de reserva.
Ya tenía el argumento y la justificación para su intervención directa en el
conflicto. El 18 de abril el Congreso
y el Senado americano lanzó un ultimátum exigiendo la independencia de Cuba,
el 20 llegaba a España y el 25 Estados Unidos nos declaraba la guerra.
La escuadra yanqui, al mando del Comodoro George
Dewey, entró en la bahía de Manila(Filipinas) y destruyó facilmente a
los barcos españoles, mandados por el almirante Patricio Montojo, en la batalla
de Cavite (1 de mayo). El gabinente Sagasta intenta facilitar barcos de
reserva, que no logran atravesar el Canal de Suez, y tras larga lucha con
americanos y rebeldes Manila
capituló el 14 de agosto.
Perdida Filipinas, el gobierno
español, frente a las reticencias de los mandos, ordenó a la escuadrilla
del almirante Pascual Cervera que cruzase el Atlántico, para proteger Cuba
y Puerto Rico. La fugaz batalla se desarrolló en aguas de la bahía de
Santiago de Cuba(1,2 y 3 de julio). La superioridad estadounidense fue
aplastante y Santiago capitulaba el 17 de julio.
Una expedición del general Miles desembarcaba en
Puerto Rico en julio y en pocas semanas acabó con la resistencia española en
la isla.
Para esas fechas el gobierno español había decidido solicitar
negociaciones de paz, con mediación la francesa. Las negociaciones se desarrollaron
en París, siendo una imposición americana, sin ninguna concesión. El
10 de diciembre de 1898 se firma el Tratado de Paz de París por el que España renuncia a Cuba, Puerto
Rico, el archipiélago de Filipina (por cuya cesión recibimos 20 millones de
dólares) y la isla de Guam en la Marianas. Por la dificultad de sostener
posesiones y lugares alejados, vendió a Alemania los archipiélagos de la
Carolinas, Palaos y Marianas(excepto Guam), febrero 1899, por 25 millones
de pesetas. Al año siguiente vendería a EEUU algunas islas del archipiélago de
Joló en el pacífico.
4.-Las consecuencias del “desastre”. La crisis del 98.
La derrota del 98 provocó en la sociedad y en la clase
política un estado de desencanto y frustración. Significó la destrucción
del mito del imperio español y la relegación de España a un papel
secundario en el contexto internacional.
La guerra dividió a los líderes y a los partidos en belicistas
y pacifistas y contribuyó a gestar el nacionalismo regionalista .
Para las capas sociales bajas supone la pérdida de 50.000 vidas.
4.1Consecuencias políticas y económicas.
A pesar de la envergadura del “desastre” sus repercusiones
inmediatas fueron menores de lo esperado. El sistema de la Restauración
sobrevivió al “desastre”: el turno de partidos se mantiene y el régimen mostró
capacidad de recuperación.
Tampoco hubo crisis económica, a pesar de la pérdida de
mercados y de la deuda generada por la guerra. Las estadísticas demuestran lo
contrario:
•
Inflación baja.
•
Reducción de la deuda pública.
•
Inversión fuerte , gracias a los capitales
repatriados.
•
No se perdieron los mercados latinoamericanos.
En conclusión, la crisis del 98, más que política o
económica, fue una crisis moral y ideológica, con un importante impacto
psicológico en la población.
Los que conocen una notable expansión son los movimientos
nacionalistas, sobre todo en País Vasco y Cataluña, donde la burguesía
industrial se percata de la incapacidad de los partidos dinásticos para renovar
el país, y orientan su apoyo hacia formaciones nacionalistas, que reivindican
la autonomía y prometen una política nueva y modernizadora.
4.2El Regeneracionismo.
La crisis colonial favoreció la aparición de movimientos
que criticaron el sistema de la Restauración y propugnaron la necesidad de una modernización
de la política española. Estos movimientos contaron con el apoyo de las
clases medias y cuyos ideales quedaron ejemplificados en el pensamiento de Joaquin
Costa, que propugnaba la necesidad de modernizar la economía y alfabetizar
a la población, recurriendo al lema “escuela y despensa”.
Además, el “desastre” dio cohesión a un grupo de
intelectuales, conocido como Generación del 98 (Unamuno, Pio Baroja,
Ramiro de Maeztu, Valle Inclán, Jacinto Benavente, Machado , etc) caracterizada
por un profundo pesimismo y una
crítica al atraso peninsular, que hizo plantearse una profunda
reflexión sobre el sentido de España y su papel en la Historia.
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