viernes, 28 de abril de 2017

LA PINTURA BARROCA (CARAVAGGIO).PAÍSES BAJOS (RUBENS Y REMBRANDT).-

Departamento de Geografía e Historia. IES FRAY PEDRO DE URBINA
TEMA 15.-LA PINTURA BARROCA (CARAVAGGIO).PAÍSES BAJOS (RUBENS Y REMBRANDT).-

CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LA PINTURA BARROCA.‑

Algunas de las características que hemos visto en la escultura las tenemos que repetir en la pintura barroca: naturalismo, afán de movimiento y gusto por lo efectista y teatral. Se estaban cansado de héroes, ninfas, atletas  renacentistas y no dudan en  plasmar en sus lienzos con la mayor crudeza tipos deformes e incluso cadáveres en putrefacción, o en representar unos trozos de pescado o de carne sangrante, de una vaca abierta en canal, o simplemente, unos cacharros de bronce, barro o vidrios ...

La expresión preocupa sobremanera al pintor barroco: se pintan cuadros en que es posible ver la sonrisa del ebrio, el grito, el terror, el dolor, el sentimiento trágico de los mártires ... Los arrebatos de los místicos, efectistas y espectaculares, encajan perfectamente entre los temas preferidos de los pintores barrocos.

El movimiento de la composición se intensifica, y al tranquilo esquema del triángulo equilátero, todo equilibrio, de las Vírgenes rafaelescas sucede el deseo de crear esas grandes líneas diagonales o simplemente oblicuas que cruzan violentamente las composiciones rubenianas.

La luz sigue siendo elemento de primordial importancia. Se desecha la suave degradación de matices a los que nos había acostumbrado Leonardo (esfumato). Ahora se reemprende el problema creando una pintura simplista de planos de luz y de planos de sombra, donde las formas se dibujan con precisión escultórica, ganando volumen.

Si la pintura debe al Renacimiento la conquista de la perspectiva lineal, tiene que agradecer al Barroco el dominio de la perspectiva aérea.

Técnicamente, abandonan la utilización del temple y domina la técnica del óleo y del fresco. Por influencia de la Escuela Veneciana, la pintura barroca al óleo suele utilizar pastas muy gruesas, con lo cual  los colores están muy saturados.  Los pintores barrocos conocían técnicas pictóricas muy complejas como la cámara oscura lo cual incide en la sensación de “realismo fotográfico” de sus cuadros. Uno de los pintores que utilizó esta técnica fue Vermeer de Delft. En ocasiones los cuadros barrocos dan una sensación equívoca, pues parece que se han pintado del natural, al aire libre, sin embargo, la mayor parte de los mismos es obra de taller a partir de apuntes previos. Las pinturas decorativas y los frescos suelen situarse en las bóvedas de iglesias y palacios siguiendo la tradición renacentista.

La pintura barroca se caracteriza por su enorme variedad temática. Por un lado, tenemos lo temas religiosos, tendentes a exaltar la religión católica. Las tendencias clasicista y decorativa tratarán a la religión de una manera idealizada, e incluso la tendencia decorativa enfatizará el triunfo, la apoteosis como momento culminante y dramático. El naturalismo, por contra, busca despertar la piedad religiosa a través del sentimiento. Para ello acerca los temas religiosos al espectador haciendo que las escenas religiosas sean tan verosímiles como si en cualquier momento pudieran hacerse realidad en la vivienda del creyente más humilde. El escenario, la iluminación, los modelos, a veces deliberadamente vulgares contribuyen a todo ello. Además el naturalismo consigue ensalzar lo humilde, lo vulgar, ennobleciéndolo ante nuestros ojos (en cierto sentido es lo contrario al idealismo renacentista).

Aparte de los temas religiosos, son muy habituales los temas mitológicos, las alegorías político-religiosas, etc. Por tradición del Renacimiento, paisaje y  bodegones aparecen integrados en las escenas religiosas. Fuera de Italia, en cambio, será muy habitual que aparezcan nuevos géneros pictóricos totalmente independientes: el paisaje, el bodegón, la escena de género, etc. Por su parte, en el siglo XVIII, los pintores venecianos desarrollarán el tema de las vedutte el tema del paisaje urbano. La “escena de género” es un término que utilizan los historiadores del arte para denominar una gran variedad de temas cuyo contenido no está claro o simplemente es intrascendente, costumbrista, etc.

PINTURA BARROCA ITALIANA.

Hay una figura de primer orden dentro de la pintura  barroca en Italia. Es MIGUEL ÁNGEL CARAVAGGIO (1571-1610) (XVII). De vida un tanto pendenciera e inestable, muere antes de cumplir los cuarenta años.

Caravaggio sitúa en el primer plano de su interés el problema de la luz, pero abandona lo conseguido por Leonardo en la gradación de matices entre la luz y la sombra. No le interesa el esfumato. En Caravaggio la luz se proyecta sobre la forma con violencia y su contraste es brusco e intenso. A ello se debe el nombre de TENEBRISMO con que se conocen su estilo y el de sus imitadores.

Le entusiasmaba el naturalismo. Era poco amigo de la arrogancia con que el Renacimiento gustaba de imaginar sus personajes y él los recreaba de una forma tan natural y real que llegó a recibir airadas protestas por algunos de sus cuadros religiosos. No obstante, algunas veces fue poco natural, como cuando usaba violentos escorzos en muchas de sus composiciones.

Sus obras más importantes:

BACO (1595) no se puede considerar plenamente tenebrista. Sin embargo, muestra la maestría de Caravaggio para el dibujo de un gran realismo, para la sensualidad y para el bodegón o naturaleza muerta (las frutas, la copa de vino, etc.).

VOCACIÓN DE SAN MATEO (1599).‑ Ofrece la escena, corriente en el tenebrismo, de varios personajes en una oscura sala en torno a una mesa violentamente iluminada desde la parte alta de uno de los  lados. La luz corta desde un ángulo en diagonal la escena e ilumina rostros y manos que se desean resaltar. Hay anacronismo en los ropajes.

ENTIERRO DE CRISTO ( 1604).‑ Donde el autor imagina el sepulcro en primer lugar y al espectador muy en bajo, casi en la fosa misma, para que contemple la escena en escorzo muy acusado. Los tipos de las santas mujeres y los de Nicomedes y José de Arimatea son poco distinguidos.

DORMICIÓN DE LA VIRGEN (1605).‑ Toma como modelo para la figura de María a una pobre mujer ahogada en el Tíber, con el vientre hinchado. Esto provoca tal protesta que tiene que ser retirado del templo donde se pintaba. Ni la grandiosidad de la composición, dentro de su aparente sencillez, ni la forma admirable como el intenso claroscuro valoriza el contenido trágico del tema, creando uno de  los cuadros más impresionantes de la pintura barroca.

LA VOCACIÓN DE SAN PABLO ( 1601).- Representa a Pablo caído en el suelo en un violento, profundo y arriesgado escorzo. Sus brazos en diagonal marcan las líneas oblicuas que marcan la composición del cuadro. Tiene gran protagonismo el hermoso caballo en posición forzada y marcando la línea curva. El tratamiento de la luz es totalmente tenebrista.

Otras obras : Los discípulos de Emaús, Judith y Holofernes, Crucifixión de San Pedro...

El Tenebrismo italiano influyó en los principales pintores del Barroco Español (Ribera, Zurbarán, Velázquez joven), Francés (hermanos Le Nain, Georges La Tour), y de los Países Bajos (Rembrandt), y se convirtió en una de las aportaciones más características y singulares del Barroco.

Contrapuesta al Tenebrismo, tenemos que citar la tendencia Clasicista de A. Carracci. Carraci pretendía recrear los principales estilos renacentistas, como Miguel Ángel. Así lo podemos observar en las pinturas del Palacio Farnesio. Un continuador suyo Guido Reni mantuvo una relación mucho más directa con la obra de Miguel Ángel y Rafael ( Atalanta e Hipómene). El decorativismo se centrará en la decoración de bóvedas de la iglesias ( Andrea Pozzo y el Gesú) y en el interior de los palacios ( Tiépolo).


PINTURA FLAMENCA Y HOLANDESA.

Fuera de Italia, la pintura barroca tiene caracteres muy similares a la pintura italiana, sobre todo desde el punto de vista formal. Sin embargo, se notan algunas diferencias en la temática. Así en el norte de Europa será más habitual la llamada “escena de género”, el bodegón o naturaleza muerta y el paisaje.

Los Países Bajos tenían en el siglo XVII una rica tradición pictórica que se remonta a los Primitivos Flamencos del siglo XV. Por ello, Los Países Bajos siguieron siendo durante el Barroco uno de los focos pictóricos más importantes de Europa.

Sin embargo, entre los siglos XVI-XVII, los Países Bajos vivieron una historia muy atormentada. Políticamente dependían de la Corona Española, pero desde el punto de vista religioso, las provincias del norte adoptaron a mediados del siglo XVI la reforma protestante (en concreto el Calvinismo), mientras que los territorios del sur se mantuvieron católicos.  Esto supuso una guerra entre las provincias del norte (aproximadamente la actual Holanda) y los españoles (Guerra de los Ochenta Años 1568-1648). Por otro lado, mientras en el siglo XV el foco económicamente más fuerte de los Países Bajos había sido Flandes (mitad occidental de Bélgica), en el siglo XVII Holanda se convirtió en una potencia económica gracias al dominio de los mares.

Esta división de los Países Bajos provocó también una división en dos escuelas pictóricas muy diferentes entre sí: La Pintura Flamenca del siglo XVII (no confundir con los Primitivos Flamencos) y la Pintura Holandesa.

Las dos entran en la corriente naturalista del Barroco, especialmente por su preocupación por la luz y el color.

LA PINTURA BARROCA FLAMENCA.‑

La pintura religiosa tiene una importancia de primer orden en esta escuela por la imposición de los principios de la Contrarreforma en el territorio católico y por la vinculación con los Austrias Españoles.

Hay una figura arrolladora de primera magnitud, PEDRO PABLO RUBENS. (1577-1640).‑ Hombre de Corte, diplomático. Viajó por Italia donde estudia desde los renacentistas (Leonardo, Miguel Ángel, Rafael) hasta los venecianos y Caravaggio...) .Pero no es un copiador sin más. Crea su propio estilo lleno de vida y llega a ser el maestro más representativo del Barroco en cuanto a dominio del movimiento, el estudio de composiciones grandiosas y la ampulosidad de las formas. Bajo su pincel todo se exagera, se retuercen las figuras, los árboles. Sus composiciones oblicuas son abigarradas, ricas en personajes, coloridos, trajes, razas, animales, mímicas...Hay influencia de la escuela veneciana renacentista.

Su concepto de la belleza femenina está muy alejado de la del Renacimiento. Son unas bellezas nórdicas, opulentas y rebosantes de vida.

Rubens tenía un taller con gran número de discípulos especialistas que le ayuda en la realización de sus obras. De ahí la fecundidad de su pincel. El interés de Rubens, más que en la perfección del color y del dibujo, estará en la composición de las figuras y elementos en el lienzo.

Temas religiosos:

ADORACIÓN DE LOS REYES de El Prado (1628).‑ En este cuadro la riqueza y poder de los reyes de Oriente nos lo muestra en una suntuosa procesión de cofres con ofrendas, personajes, criados, sedas, animales...Otra versión es la Adoración de los Magos de Amberes.

DESCENDIMIENTO DE LA CRUZ (1611). El cuerpo de Cristo se desploma como una catarata de carne humana, blanca y en diagonal, y el grupo de los que le recogen está concebido con grandiosidad típicamente barroca.

Otras obras de esta temática son La Erección de la Cruz, San Cristóbal, Cristos, el Triunfo de la Iglesia...

Temas mitológicos: Como pintor de temas mitológicos, con su amor al desnudo, se convierte en un gran intérprete de la fábula pagana. La mitología es para Rubens una cantera inagotable para representar desnudos y más desnudos de blandas carnes nacaradas o bronceadas musculaturas. La serie más importante de este tema es la que le mandó pintar el rey Felipe IV de España. Actualmente están en El Prado. Mencionaremos de esta serie: LAS TRES GRACIAS, EL JUICIO DE PARIS, El juicio de Paris, Sátiros persiguiendo a las ninfas, El Jardín del Amor, los Dos amores....

Grandes retratos: Pedro Pablo Rubens elaboró numerosos retratos de los personajes más importantes de Europa. Entre ellos destacan los retratos oficiales de Felipe III, de Duque de Lerma, del Infante Cardenal Fernando...Además se autorretrató numerosas veces y retrato a sus mujeres e hijos.

Además trató una temática muy flamenca, los cuadros de costumbres donde la población aparece representada en sus fiestas como en La Danza de los aldeanos donde se refleja la sana alegría flamenca y se transforma en un remolino humano, retozón y lleno de vida, cuyo ritmo violento nos recuerdan al Bacanal de Tiziano.

Es un gran paisajista. Ondula la superficie terrestre y nos da la impresión de que los caminos serpentean en el fondo del cuadro y que los árboles se retuercen como columnas salomónicas. Las manchas de luces y sombras, repartidas en sus superficies, le dotan de profundidad y de dramatismo.

El principal alumno de Rubens es Van Dyck que realizó buena parte de su obra en Inglaterra como retratista. En el Retrato de Carlos I cazador pintó al rey de Inglaterra y se incluyó a sí mismo. El exuberante paisaje y los cielos tormentosos muestran la influencia veneciana transmitida por su maestro Rubens


LA PINTURA BARROCA HOLANDESA.‑

Los temas de la pintura holandesa reflejan la realidad de la sociedad urbana de ese país: una república teóricamente democrática y orgullosa de su independencia que se ha enriquecido por el dominio del comercio marítimo. Consiguientemente, los temas son muy peculiares. Uno de los más característicos es el doelen, el retrato colectivo. El doelen representa a los miembros del grupo como iguales, éstos aparecen a menudo ocupados en sus quehaceres o en alguna celebración. En los retratos colectivos se muestra además la ética calvinista típicamente burguesa, según la cual la virtud religiosa del hombre se manifiesta en su amor al trabajo y en su prosperidad en los negocios.

Otro de los temas fundamentales del Barroco Holandés es el “interior holandés”, la escena de género, un momento de la vida cotidiana en los confortables hogares holandeses (la cocina, las relaciones de los señores y criados, la música, etc.). La burguesía propaga su modo de vida sencillo y a veces culto e intelectual sin necesidad de justificarlo en escenas religiosas. También son muy típicos los retratos, a veces de personajes sencillos, lo cual permite al pintor enfocar la obra de una manera desenfadada y libre. La luz de los cuadros de Veermer, la delicadeza con la que la luz de la ventana de sus cuadros ilumina los objetos del interior ennoblece lo cotidiano y lo llena de poesía.

Por último, los holandeses también practican algo similar a la vedutte italiana, el paisaje urbano, gracias al uso intensivo de la cámara oscura. Otro de los temas preferidos es el bodegón.

El número de pinturas religiosas disminuye considerablemente. Las de santos desaparecen completamente, e incluso, son pocos los que pintan historias de la vida de Cristo. Por el contrario, la pintura de carácter profano adquiere desarrollo extraordinario.

El holandés, enamorado de sus pequeñas y relucientes casas, de sus tierras arrebatadas al mar, pobladas de hermoso ganado y espléndidas flores, la vida marinera encuentra en todos estos temas que le proporciona el escenario de la vida diaria la compensación del gran vacío dejado por la pintura mitológica y religiosa.

Los patronos de esta pintura serán los burgueses, deseosos de decorar sus casas con cuadros pequeños, y las corporaciones municipales, gustosas de enriquecer sus salas de reuniones con grandes retratos de grupo de sus miembros más destacados.

El más grande de los pintores holandeses de este momento y uno de los más importantes de toda la Historia del Arte es, sin duda, REMBRANDT VAN RYN (1606-1669). Pasa prácticamente toda su vida en Amberes y no mostró interés en visitar Italia. Pronto adquiere fama y fortuna; fue un gran coleccionista de arte que le llevó varias veces a la ruina; murió pobre y desahuciado.

Rembrandt es uno de los grandes maestros del claroscuro, pero para él, la sombra no es una zona opaca, donde las formas desaparecen, sino un ambiente donde los colores vibran con menor fuerza, al aislar la escena del mundo luminoso, la sumergen en la poesía del misterio y de la soledad, cosa que no podríamos encontrar en Caravaggio. Rembrandt deja unos fondos sucios y un tanto dorados y no son unos fondos negros como los de Caravaggio.

En cambio, las partes ricamente iluminadas le permiten  llevar al máximo sus maravillosos y deslumbrantes derroches de colores ricos e intensos. Es indudablemente uno de los coloristas más extraordinarios que han existido.

Uno de los géneros cultivados con más éxito por Rembrandt es el retrato, en el que la expresión, el color y los intensos efectos de luz son valores primordiales. Sus retratos son principalmente de rabinos, de personas dedicadas al cultivo de la inteligencia y de grupos sociales y profesionales.

Realizó vario de los mejores retratos colectivos, doelen de la historia. Destaca una obra de juventud, LECCIÓN DE ANATOMÍA DEL DOCTOR TULP (1632), donde vemos a un profesor explicando a una serie de cirujanos los músculos de un brazo de un cadáver, gran mancha de luz. Los médicos, aparentemente, dirigen sus miradas a diferentes puntos sin prestar atención; son auténticos retratos del gremio de cirujanos de Amberes. La composición central es un tanto forzada. En esta sociedad contenta y rica está naciendo la ciencia moderna experimental.

En la mal llamada RONDA DE NOCHE (1642) nos presenta el momento en que el Señor de Pumerland ordena a su lugarteniente poner en marcha la tropa para enfrentarse a los españoles. Rembrandt sabe dar al retrato de grupo un tono tan elevado y dotarle, dentro de su naturalismo barroco, de énfasis tan heroico que no sólo es el gran cuadro de la escuela, sino que explica el que haya podido considerarse el monumento al pueblo holandés tomando las armas para defender sus libertades. Es un cuadro de época.

Su último gran cuadro de corporativos es SÍNDICOS DE LOS PAÑEROS. (1661). Obra perfecta. Nos ofrece en él seis retratos extraordinarios en actitudes tan naturales que parece no haber realizado esfuerzo alguno para imaginar sus posturas. Vestidos de negro los seis síndicos puritanos, el gran tapete rojo pone una nota de riqueza al conjunto, mientras los grandes sombreros negros concentran la atención sobre la luz de los rostros realzados por amplios cuellos blancos.

Algunos estudios son un dechado de luz que nos va a recordar doscientos años después, a los impresionistas. Su Hombre del casco dorado y El buey desollado (1655) son realmente unos estudios de luz y color muy modernos.

Se hizo numerosos autorretratos y retrató a su familia. Pintó paisajes con una técnica suelta y creativa.

Además fue un gran grabador.

VERMEER DE DELFT es un pintor muy diferente a Rembrandt. Sus obras son de un formato mucho más pequeño y en ellas abundan las escenas de género ambientadas en interiores burgueses. Es el llamado "interior holandés". Vermeer realiza una pintura delicada y atenta a los detalles en la que lo cotidiano aparece embellecido por una iluminación suave y amable. Así ocurre en la Lechera (1657), una escena de género aparentemente vulgar que Vermeer convierte en una bellísima obra de arte gracias al dominio de la luz y las calidades. Otras obras de Vermeer son la Carta, el Pintor, la Vista de Delft y, sobre todo la Muchacha de la Perla.

FRANZ HALS destaca por el desarrollo de una técnica pictórica mixta más nítida o suelta dependiendo de las circunstancias. En el Alegre Bebedor podemos observar cómo sustituye el dibujo por trazos de pintura sueltos que dan más viveza a su pintura. Con ello preludia las técnicas pictóricas más vanguardistas del siglo XIX. Algo similar ocurre en la Gitana.


Fue uno de los grandes creadores de los retratos colectivos: Compañía de Raynier Reael, La milicia de San Jorge, las Regentes del Asilo de Haarlen

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